Ell hombre de 58 años fue humillado públicamente por lo ocurrido en la ciudad de Cairns, al noreste de Australia.
El personal paramédico removió el asiento del inodoro y trasladó al hombre pegado a él hasta un hospital, donde le aplicaron solventes de potencia industrial para despegárselo.
"Me disgusta tremendamente que un caballero deba experimentar algo así porque alguien piensa que se trata de una broma", destacó Forsyth. "Se trata de una broma enfermiza", agregó.
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