Todo fue por una bolsita de hongos. Según la agencia Dpa, un pasajero subió al avión con una bolsa donde había puesto hongos congelados, que durante el trayecto Budapest-Dublin tomaron temperatura ambiente y se convirtieron en una masa viscosa.
Varias gotas de la mezcla cayeron en la cabeza de otro pasajero, sentado debajo de los hongos, lo que le produjo una severa reacción alérgica que obligó al aterrizaje imprevisto.
Una vez en tierra, se trasladó al afectado a un hospital cercano. La aeronave retomó su ruta tras permanecer una hora y media la pista alemana