El hombre, que vivía solo, dejó notas sobre sus planes y pensamientos para terminar así con las demandas de sus parientes, que querían que se mudase con ellos para estar mejor cuidado.
Las cartas explican que eligió la entrada de su departamento porque sabía que había hombres trabajando al lado, y encontrarían rápidamente su cuerpo. El plan funcionó: los obreros escucharon el disparo y fueron a investigar.
La prensa local no reveló cómo funcionó la máquina, pero sí confirmó que actuó con una pistola semi-automática calibre 22, cargada con cuatro balas. El robot podía disparar muchas veces en la cabeza del hombre cuando éste la activara.
Según los investigadores, este tipo de máquinas, si bien conocidas, son muy poco comunes, y muchos las consideran al momento de decidir terminar con su vida, sobre todo cuando los aquejan enfermedades terminales.