Dado que evita el uso de químicos no sabía cómo deshacerse efectivamente de los gasterópodos. Hasta que se le ocurrió empezar a comérselos.
La mujer actualmente tiene un blog en el que comparte recetas con caracoles. Según explicó la mujer, en un restaurante valen una fortuna y te sirven seis caracoles por porción. Ella sirve doce en cada plato con ensalada, ajo, manteca y pan, y agasaja así a parientes y amigos.
"Son de una carne excelente: alta en proteínas y baja en grasas. Son mejores que un bife", expresó Parker-Rhodes.
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