La investigación tiene como objetivo entender el funcionamiento del olor corporal para fabricar desodorantes que bloqueen los olores específicos de cada sexo.
Al analizar las muestras, el equipo descubrió que el sudor de las mujeres posee una gran cantidad de un compuesto inodoro que contiene azufre. Al mezclarse con una bacteria que suele encontrarse en las axilas, este compuesto se convierte en tiol: un segundo compuesto caracterizado por su olor a cebolla.
Los hombres, en cambio, producen una mezcla de compuestos distinta, entre los que destaca un ácido que despide un aroma similar al del queso al entrar en contacto con las enzimas que producen las bacterias de la axila.
Sin embargo, muchos científicos creen que el experimento no arrojaría los mismos resultados fuera de Suiza, porque todo depende de factores como la dieta o los genes.
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