Los habitantes del sector entraron en pánico, cuando vieron a ese grueso reptil, caminando tranquilamente como cualquier perro callejero, esperando pacientemente conseguir algo para echarle al buche.
La gritería no se hizo esperar y de inmediato, algunos residentes armados con piedras y palos, le encaminaron al caimán, como cualquier tribu africana que cuida celosamente su flaco rebaño.
El reptil al sentir la agresión, entró en furia, lo que hizo alejar por algunos minutos a los agresores quienes de inmediato avisaron a la Policía Nacional.
Los uniformados, ayudados por agentes de la Guardia Ambiental, dotados de valor como aquel recordado y querido "Cazador de Cocodrilos", después de varios intentos, lograron doblegar al animal, le amarraron sus fauces, le hicieron una "llave alemana", en sus patas y le inmovilizaron la cola.
El animal, seguramente mas reposado debe estar pensando, en que momento se metió en tremendo, lío. Lo cierto es que ahora no se sabe en realidad si el caimán iba para Barranquilla o solamente pensó en echarse un chapuzón en las playas de Cartagena. Lo irónico de esta historia es que al caimán, lo vino a capturar precisamente un, "Man del CAI".
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