Las dos ambulancias de Hawera, en Nueva Zelandia, estaban fuera de la ciudad realizando otros trabajos, cuando entró la llamada de emergencia desde la Iglesia.
El Doctor Erwin Eloff se encontraba de guardia, ansioso ante la falta de transporte para poder atender la emergencia.
Unos veinte minutos más tarde, logró conseguir un medio de transporte y llegó a la Iglesia.
Al ingresar, se encontró con que la mujer que estaba tendida en el suelo era su suegra, a la que el cura ya le había dado "el último adiós".
"Pudimos haberla trasladado al hospital en cinco minutos -explicó el doctor- Afortunadamente, no fue un ataque cardíaco lo que sufrió, sino que colapsó por tener la presión baja".
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