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Cómo decirle a una mujer que ‘no’ sin que corra ningún riesgo

Laura Moreno

En una sociedad que se precia de “abierta” y liberal, un hombre que rechaza a una mujer que está interesada en él fácilmente puede ser tildado de gay.

Por qué ellos parecen no tener derecho a “elegir”.

Teniendo siempre en cuenta que con buenos modales se puede ganar más de lo que se pierde, no debería haber problema alguno si un hombre –aún sabiendo que la mujer en cuestión muere por él- decide rechazarla porque no es de su agrado.

Lo que jamás deberá hacer un “caballero”

A la hora de rechazar a una mujer no la llames por el nombre equivocado (sabes su nombre porque ella te lo acaba de decir hace cinco minutos —incluso tal vez se conocen desde hace meses—).

Es una técnica estúpida que sólo muestra la inmadurez del hombre que la lleva a cabo.

Tampoco la ignores (si hay algo que las mujeres quieren es respeto, por lo que cuando de pronto dejas de prestarles atención y las ignoras, te estás comportando en una forma verdaderamente miserable).

No se te ocurra enviarle mensajes desagradables sobre ella “por equivocación”. Por ejemplo, no le envíes un e-mail, mensaje de texto, o mensaje de voz, haciendo de cuenta que está dirigido a un amigo y diciendo que ella no es tu tipo, o que tiene mal aliento, o alguna otra cosa desagradable y desubicada.

Frases de rechazo “permitidas”

Preguntarle sobre una amiga que te guste (las mujeres aman dar consejos y son muy celosas unas con otras). Utiliza estos dos conceptos bien conocidos en tu favor, y pregúntale qué deberías hacer para que su amiga se fije en ti.

Si bien en un primer momento podría darle mucha rabia, terminará entendiendo que no sientes lo mismo que ella por ti, e incluso podría encontrar la forma de culpar por esto a su amiga (dos puntos a tu favor).

Decirle que tienes un amigo perfecto para ella: después de que hayas decidido que ella no es adecuada para ti, usa la información que tienes para conducirla hacia otro sujeto.

Podrás hacerle saber lo ocupado que estás últimamente (cada vez que ella intente contactarte o te la encuentres, corta la conversación a la brevedad; trae a colación temas del trabajo y otras excusas para justificar el hecho de que tienes cosas que hacer).

Es “aceptable” también generar divergencias en forma sutil. Ya sea de política, moral, valores: existe gran cantidad de temas que puedes aprovechar para hacer que ya no te mire con esos ojos enamoradizos.

Utilizar el abordaje no tan directo. Así, si bien suena demasiado sencillo, decir las palabras “No siento por ti lo mismo que tú sientes por mí” puede ser extremadamente duro. Es por eso que decir que por el momento sólo te encuentras buscando buenos ratos y experiencias gratificantes puede ser una alternativa